La culpa es de tu madre
- Psicoterapia y feminismo Madeja de voces

- 3 nov 2021
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Mónica Gamboa Suárez
La mirada feminista ha dado una mayor visibilidad a las múltiples exigencias sociales que recaen sobre las mujeres: la doble o triple jornada, los techos de cristal, la responsabilidad del cuidado de lxs otrxs, el logro de la autonomía, entre muchos otros más. Quisiera poner hoy la atención en las exigencias específicas y los castigos puestos alrededor de la maternidad.
Las mujeres que son madres en nuestros días tienen varias presiones que se suman a su ya demandante maternidad, además habrá que ser buenas profesionistas, cuidar una casa que garantice un buen ambiente para el desarrollo de les hijxs. Aún cuando los padres se involucren en las tareas del cuidado a las hijas e hijos, las madres siguen asumiendo cargas más grandes alrededor de la maternidad como: relación directa con los temas escolares, con grupos sociales, la organización del día a día de lxs hijxs, sus rutinas, la alimentación, la contención emocional que requieran, etcétera.
Por todo esto, es bastante común escuchar en los procesos terapéuticos a mujeres que hablan del cansancio extremo que produce la maternidad y del enojo y la frustración al ver que sus parejas no detienen como ellas su vida profesional y laboral y pueden combinarlas con el ejercicio de su paternidad.
Por si fuera poco, además de estas exigencias, las madres cargan con un sinfín de culpas alrededor de las heridas emocionales, carencias y traumas infantiles de sus hijas e hijos. Hoy me parece una tarea urgente mirar nuestra responsabilidad en esta carga y hacer algo para descargar a nuestras mamás y percibirlas de una manera un poco más justa.

Esta culpa ha sido reforzada incluso por la ciencia y como la ciencia es incuestionable, la culpa de las madres lo ha sido también. Las teorías sobre psicología del desarrollo o sobre dinámicas familiares las han señalado desde hace siglos. Los libros sobre estos temas están llenos de ejemplos de cómo las madres se han equivocado y complicado la vida a sus hijxs. Se les ha juzgado por histéricas, por permisivas, por rígidas y exigentes, por no estar lo suficientemente presentes, por estarlo demasiado. Ya sea por lo que hicieron o por lo que dejaron de hacer, en muchísimos casos, las mamás son reconocidas como las principales responsables de las heridas emocionales de la humanidad.
Si la mamá no da el suficiente soporte en la primera infancia, entonces la persona tendrá que enfrentarse a la vida con las limitaciones que esto le provoque. Si la mamá da un apoyo excesivo a su hija o hijo, entonces provocará limitaciones en otro sentido. Es verdad que al llegar al mundo somo frágiles y nuestras primeras experiencias serán importantes y nos proveerán de una forma de percibir y enfrentar la vida, sin embargo, en este primer contacto con el mundo hay más personas involucradas que las madres y aunque ellas funjan como principales cuidadoras (también por imposición patriarcal), nuestro primer aprendizaje sobre el mundo es mucho más amplio que el que nos pueda dar una sola persona.
Aún con los avances del pensamiento feminista que nos ayuda a tener mayor consciencia personal en el tema, no estamos excentxs de caer en la tentación de reclamar a nuestras madres en voz alta o en silencio por lo que hicieron con nosotrxs o lo que les faltó darnos. Aún en los casos en los que las mamás son amadas y reconocidas por sus hijxs, difícilmente se librarán de algunas quejas o reclamos… A mí me faltó de ella, si tan sólo ella hubiera sido distinta de esta forma, fue buena mamá aunque, yo soy así porque ella, etcétera.
No hace falta decir que no es en todos los casos, sin embargo, con mucha frecuencia los papás salen mucho mejor librados, no les exigimos lo mismo, aun cuando pasaban con nosotrxs en la infancia muchísimo menos tiempo que ellas.
Puede ser interesante revisar cómo hemos explicado nuestras dificultades y carencias afectivas en relación con nuestras mamás y tal vez empezar a descargarlas un poco de esta responsabilidad. ¿Te ha pasado que le señalas más a tu mamá que a tu papá en el tema?, ¿y si repartiéramos de manera más justa estas responsabilidades, incluso asumiendo la propia, a dónde llegaríamos?




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